El medidor de pH BW10, compacto y manual en formato de bolsillo, es idóneo tanto para el aficionado a los acuarios y las plantas como para los propietarios de piscinas. Pero también para aplicaciones profesionales, por ejemplo para la medición del pH en controles de calidad en la industria de alimentos y bebidas y para el control rápido y seguro del medio acuático, el BW10 es un compañero fiable.

En los últimos años los estanques naturales han ido ganando cada vez más popularidad. Normalmente se encuentran en un equilibrio natural y subsisten sin necesidad de aditivos químicos. No obstante, una comprobación regular del pH también ayuda a evitar sorpresas desagradables. Y es que debido a la lluvia o al llenado con agua del grifo el pH puede desplazarse hacia el medio ácido (pH < 7) o hacia el medio básico (pH > 7). La gama de tolerancia del pH para peces se encuentra entre 6,5 y 8,5. Sería óptimo que el agua del estanque tuviera un pH de aprox. 7 (neutro) y que este, con el paso del tiempo, se mantuviera lo más estable posible. 

Pero tanto en piscinas públicas como privadas es imprescindible el mantenimiento del pH correcto, y con ello un control de ese valor, especialmente cuando se encuentran en exteriores. Que el agua sea demasiado ácida o demasiado alcalina no solo repercute negativamente sobre las personas que se bañan en ella (ardor en los ojos, prurito). Influye además sobre la conservación de los materiales usados en la piscina (corrosión, descomposición de los materiales que contienen calcio, porosidad etc.) y la efectividad de los desinfectantes añadidos.